Ya nada es igual, el tiempo pasa, nosotros pasamos, el tiempo nos cambia y nosotros nos dejamos cambiar. Nos influenciamos por los demás, incluso por nuestra propia ignorancia, hasta llegar a un punto en el que hacemos daño a aquellos que algún día fueron nuestros confidentes, nuestra gente de confianza. Aquellos que un día nos antepusieron a sus propios intereses. Pero es que la vida es así, nadie pertenece a nadie, todos somos falsos, rencorosos, idiotas e influenciables. No se puede pedir el cielo cuando no nos pertenece la tierra, no podemos pedir que el tiempo no pase, que la gente no cambie, porque eso es necesario, es totalmente necesario para, en la mayoría de los casos, darte cuenta que aquellas personas que poníamos por delante de cualquier cosa terminaran por desaparecer. La vida es así y, como bien me han dicho, la gente que te quiere de verdad se cuenta con los dedos de UNA mano, pero...¿como diferenciar quién te quiere de verdad y quien lo hace de mentira? Seguramente esta sea una diferencia que nunca podremos encontrar.
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Son las 7 de la tarde. |
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