viernes, 5 de agosto de 2011

Parte 1: Paris, je t´adore

-¡Florian! Traeme el cuaderno, y los nuevos diseños. ¡Ah! y la agenda, tengo que llamar a madame Bourloi para la entrega de la semana que viene - gritaba María desde el otro lado del estudio.

María tenia un estudio en un barrio céntrico en la quizás fuera una de las mejores ciudades del mundo. Llena de tiendas, turismo, estilo... una ciudad donde, según decían, eran posibles los sueños. Cada mañana, los rayos de sol la despertaban al entrar en su pequeño estudio, su pequeña buhardilla, donde pasaba la mayor parte del tiempo entre proyectos, diseños, artículos... y, es que, María, no era una chica normal. María era una de las reporteras mas famosas de la ciudad, y... ¡no solo eso! También tenia su propia marca de ropa.
Desde que se había mudado a esta ciudad todo la iba viento en popa, bueno, todo no. Vivía en PARIS,  la ciudad del amor por excelencia. Todos los 14 de febrero miles de parejas se agolpaban en las calles para poder disfrutar de esa mágica ciudad, poder estar delante de la grandiosa Torre eiffel. Y es que, para estar en una de las ciudades mas románticas del mundo, eso era justo lo que la faltaba: Amor.
Cuando se tuvo que venir a vivir a Paris, tuvo que renunciar a muchas cosas. Estaba en esta ciudad gracias a una gran oportunidad y no podía perderla, no podía estar preocupandose del amor, a pesar de que envidiaba enormemente a todas esas parejas que iban a Paris, su Paris.
Maria sale al balcón, desde ahí puede observar la ciudad en todo su esplendor. Está atardeciendo y, al fondo se ve como la Torre Eiffel poco a poco se va entregando a las garras de la noche. Eso la hace recordar, la hace recordar su primera visita a Paris, con tan solo 20 años. Fue hace tan solo cinco años, pero parece que fue hace una eternidad....