viernes, 8 de febrero de 2013

Calidez.

El sol lucía en lo alto.Era una mañana cálida en un frió invierno. La nieve cubría las calles. Él seguía durmiendo, acurrucado contra la pared, tapado con un plumas. Ella se levanto, llevaba una camiseta de deporte. En la cocina cogió un café caliente y se sentó en una silla frente a un ventanal. Desde allí podía ver las calles, veía como los niños tiraban bolas de nieve o hacían muñecos, como los dueños de los coches trataban de quitarles la nieve para poder salir, como los quita nieves trataban de liberar las calles. Ella se sumió en sus pensamientos, recordando como no hace tantos años atrás ella era una de esos niños que jugaban con bolas de nieve, recordaba como al salir del instituto aquello era un completo campo de batalla...Sumida en sus pensamientos notó como unos cálidos brazos la rodeaban, notó como su espiración la acariciaba el cuello y como la cogía unos finos mechones de pelo y se los apartaba de la cara. Se acercó a su oído y la susurro unas palabras, ella se giró un poco, ambos se sonrieron. El la agarro suavemente la cabeza y la acercó suavemente a la suya, fundiéndose en un beso. Un beso de esos que te hacen olvidar los problemas, que te hacen olvidar al resto del mundo, que te hacen olvidar si hace frió o calor. Un beso de esos que te llevan al país de los sueños.